Las cámaras de biocombustibles rechazaron ser la causa de los incrementos de precios de naftas y gas oil, como trascendió en medios periodísticos.
Tras 10 meses de congelamiento en los precios de biocombustibles, las autoridades nacionales dispusieron un aumento de sólo el 10%, que no refleja las variaciones de la economía ni los incrementos de costos experimentados en la producción.
Sin embargo, en ese periodo, naftas y gas oil tuvieron en surtidor, precios muy por encima de los internacionales, justificados por el alto precio de transferencia interna del petróleo crudo para su refinación, derivado el mismo del decreto del Poder Ejecutivo Nacional que estableció un precio sostén para éste, denominado “barril criollo”.
Mientras en el mundo, los precios de los combustibles registraban una profunda baja, los consumidores argentinos debieron subsidiar a la cadena de valor del petróleo, soportando precios impropios para una situación económica tan difícil como la que atraviesa el país.
Adicionalmente, previo al incremento otorgado a los biocombustibles, dispusieron dos aumentos de precio en menos de 30 días y ahora anuncian un tercero. Como el bioetanol y el biodiesel se mezclan -o debieran mezclarse- al 12 y 10% respectivamente en naftas y gas oil, su incidencia no es relevante en el precio al consumidor y, menos aún, en los aumentos que disponen por sí las refinadoras de petróleo.