La iniciativa aprobada en el Senado la semana pasada será tratada por una cantidad inusual de comisiones en la Cámara de Diputados, una señal desalentadora para el debate que se viene.
Según dispuso el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, la iniciativa será tratada en las comisiones de Legislación General (cabecera); Salud; Defensa del Consumidor; Industria; Agricultura y Ganadería; y Economías y Desarrollo Regional.
El dato saliente no es solo la inusual cantidad de comisiones, sino también el hecho de que será Cecilia Moreau, titular de Legislación General, la encargada de conducir el debate, y no el tucumano Pablo Yedlin, presidente de Salud.
La iniciativa establece que aquellos productos con exceso de sodio, azúcar y grasas deberán llevar un sello de advertencia negro en sus envases, con el propósito de promover la alimentación saludable y combatir la malnutrición.
En la Cámara alta recibió, el jueves pasado, 64 votos a favor y solo tres en contra, de las mencionadas Mirkin y Elías de Pérez, y la riojana Clara Vega (Interbloque Parlamentario Federal). El proyecto cuenta con el respaldo del ministro de Salud, Ginés González García, quien participó de la discusión en el Senado y paralelamente trató el tema con la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL).
Cabe recordar que en un plenario de comisiones del Senado que debatió la unificación de 13 proyectos de ley sobre el tema, el presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, aseguró “compartir los fines y propósitos con el Poder Ejecutivo” pero pidió “tener en cuenta las distintas realidades”. “No nos oponemos al etiquetado, siempre y cuando no tienda a la demonización”, agregó el dirigente, y consideró inoportuno “copiar modelos que demonizan alimentos y no facilitan ni el acceso ni el conocimiento sobre sus cualidades”.
En el mismo sentido la cadena productiva hizo saber que está de acuerdo con una la ley para advertir sobre el consumo responsable, pero se opone al etiquetado con el sello “octógono chileno” que solo busca demonizar al azúcar, un alimento natural necesario en medida adecuada, pero no rechazado por autoridad competente alguna. Y sugieren usar la “lupa” brasileña que tiene argumentos menos controvertidos.
Pretender responsabilizar al azúcar por el sobrepeso y la obesidad, “es un grave error de diagnóstico que omite el carácter multifactorial del problema porque el consumo en nuestro país cayó un 20% en los últimos 6 años, mientras que la curva de obesidad, lamentablemente, no dejó de crecer”, afirman desde el sector. Y si bien “los senadores aseguraron que se exceptúa de la colocación del sello en la cara principal al azúcar común. Recordaron que más del 60 % de la producción de azúcar se destina a las industrias alimenticias para la elaboración de diversos productos. Razón por la cual un efecto adverso de la norma afectaría directamente a toda la producción”.
Desde el sector esperan que los legisladores y en particular los de las provincias productoras escuchen los pedidos y sugerencias de este importante sector de la economía argentina.